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El lado oscuro de la luz

by ypena
Nov , 7
El lado oscuro de la luz

Con el avance de la tecnología, crecimiento de las ciudades, la publicidad, entre otros factores, ha venido creciendo de forma exponencial un tipo de contaminación poco atendida o conocida, al menos por los dominicanos.
Hablamos de la contaminación lumínica, una realidad cada vez más palpable en las ciudades, producto de la implementación en demasía -o mal implementación- de la luz artificial, que desencadena perjuicios tanto para el bienestar de las personas como del entorno.

Entre los daños, se puede mencionar efectos en nuestra salud, así como en las plantas; efectos negativos en los animales nocturnos y, no menos importante, el poder apreciar mejor nuestro entorno.
“La arquitectura de hoy día debe tener en cuenta la naturaleza, evitando la contaminación lumínica que oculta los cielos estrellados o desorienta a las aves. Se debe diseñar pensando en las distintas horas del día y la entrada de luz, natural o artificial, de cada espacio”, explica la arquitecta Yermys Peña.

Esta especialista presentó recientemente la charla “Arquitectura y luz”, en el marco de la celebración del Desing Week, primer movimiento que promueve el diseño en la República Dominicana.

“Los arquitectos, junto a los diseñadores de iluminación, creamos un ambiente que permita vivir las sensaciones y el gozo de una experiencia. El porvenir de la iluminación tiene que estar orientado hacia la gente”, explica Peña.
Una noticia reciente vinculada con este tema se dio en Ginebra, donde el Estado decidió apagar sus luces públicas artificiales durante una noche, motivando a los lugareños a observar las estrellas y fomentar más la conservación de la energía.

Esta fue una iniciativa liderada por las autoridades de Suiza para ayudar a comprender los efectos de la contaminación lumínica en las ciudades.

Peña resalta el valor emocional que aporta la implementación de una correcta iluminación en el diseño al crear una experiencia enfocada en el bienestar de las personas y los ecosistemas.

“La iluminación capta la atención sobre texturas, formas y colores sobreexpuestos en espacios oscuros y, al colaborar con el diseño arquitectónico, logra su verdadero propósito. Al ver luz sobre oscuridad se presentan sombras que en conjunto contrastan y aportan dinamismo a la hora de percibir el espacio”, explica.

Esta especialista opina que “la misión de la arquitectura es construir ideas en la que los seres humanos disfruten de lugares que le aporten bienestar”, y añade que una buena iluminación que no distraiga la mirada humana ejerce efectos positivos en la interacción de la personas.

“La luz motiva a interactuar socialmente, a crear relaciones, a reunirnos. Tenemos que pensar desde cómo iluminamos nuestras ciudades y así lograr que las personas conecten mediante la iluminación que creamos”.
Expone que la luz maximiza la intención del arquitecto y minimiza defectos, lo cual juega un importante rol en momentos tecnológicamente conducidos, como en la actualidad.

Peña aclara que existen ciudades reconocidas por sus altas iluminaciones, como es el caso de Nueva York o Las Vegas. Sin embargo, la implementación de las luces tiene un rol cultural.

Algunos expertos y científicos advierten la importancia de combatir la contaminación lumínica en favor de la salud humana y la biodiversidad.

Proponen mayores controles sobre emisiones de luz artificial, como existen hoy día controles contra las de CO2, y sugiere desarrollar políticas de alumbrado que tengan en cuenta cómo instrumentar una iluminación de manera eficiente.