Edificios residenciales post COVID-19: Sostenibles, habitables y flexibles

Esta no será la primera vez que los edificios serán reinventados como respuesta a una enfermedad. La arquitecta yermys peña explica los posibles cambios del entorno tras el Coronavirus.
El gran arquitecto Le Corbusier denominaba la casa como “una máquina de habitar” adaptándola a la revolución industrial desde el inicio del siglo XX pero hoy en día las viviendas demandan espacios con infinitas posibilidades de usos. Repensar el habitar para olvidarse de esquemas obsoletos donde por años ha primado el obtener el mayor número de metros cuadrados vendibles con el objetivo de maximizar los beneficios sin importar el bienestar de los habitantes, cuando la verdadera rentabilidad de la inversión se encuentra más allá de esta regla de tres. Desde los años 50 se ha vivido una evolución donde las viviendas han ido reduciendo el tamaño de los espacios sociales y aumentando el tamaño de las habitaciones. Estos diseños impulsan a salir, porque no están creados para una permanencia continua en estos espacios.
Como dijo el Arquitecto danés, David Garcia fundador de MAP Architects: ”Por primera vez de manera bastante global estamos experimentando una nueva visión de nuestra esfera doméstica, que se ha tenido que volver nuestro gimnasio, la escuela de los niños, nuestro lugar de trabajo, nuestra área de reflexión y meditación, el espacio en el que tenemos que interactuar con los amigos…”.
Este renacer impone una arquitectura más saludable que analice las viviendas, los espacios de acceso, la circulación vertical, sistemas sanitarios, los espacios comunes de los edificios proporcionando soluciones que brinden higiene, seguridad y facilidad.
Evidentemente se requiere además la incorporación de una legislación para edificaciones sostenibles, repensar esta ciudad que depende de largos desplazamientos y ausencia de condiciones para el peatón, así como mayor densidad vertical para edificaciones que ofrezcan mayor lindero o espacios públicos, entre otros.
Si algo ha dejado positivo esta pandemia es la valoración de la calidad espacial y el regreso a una arquitectura más natural. De forma más simple, se podría decir viviendas más habitables.
Como arquitecta experta en “wellbeing” plantea aprender de esta experiencia del confinamiento para crear edificios residenciales responsables que preserve la salud (física y mental) pero también la salud del planeta. Volver a conectar por la arquitectura el entorno natural y el ciudadano.